FORAJIDOS DE LEYENDA

Hace 30 años ya te buscaba. (Te encontré tan poco después...) Para compensar tu ausencia, me refugie en los brazos de Amaranta.

 -Que morro tienes, Plinio. -Pues sí.

Aquel día Amaranta y yo discutimos. Yo fui al cine Paz, y vi El Imperio contraacata.

Ella tan fetichista quiso ir al cine Alcalá: Forajidos de Leyenda.

Nos encontramos en la plaza cercana y fuimos abrazados ajenos a aquel golpe de tricornio y facherío de Tejero, Armada y Milans del Bosch. Los fascistas al acecho.

Cuando nos enteramos, ya de tarde, ya de noche, caminamos abrazados a casa de unos amigos, tomamos unas copas, nos reímos del Borbón y nos fuimos llenos de risas, perplejidad, fuerza. amor y otros demonios a la camita. ¿Dónde estaba vos?

Lo siento, pero fue una de las noches más hermosas de mi vida. Amaranta y yo nos amamos como si fuera la última vez. No fue la última, pero, sin embargo, aunque... 

Hace 30 años ya te buscaba. Para compensar tu ausencia me refugié en los brazos de Amaranta. Y aún lo hago. 

-Que morro tienes Plinio. -Pues si, que remedio me queda: escribirla ésto soñar o soñar con vos. 

Y seguir siendo republicano y reírme de esa cuadrilla de fascistillas, ignorantes y mealipas al trapo que añoran lo que no conocieron. Franco fue un maldito canalla, un sátrapa, un asesino sin escrúpulos. Aún hay gentecilla que que le ahora. Gracias Suárez; gracias por tu dignidad, Gutiérrez Mellado; gracias siempre, Don Santiago. Carrillo. Gracias. Jesús Ángel Remacha.