Apareciste, el mismo día en el que yo había decidido abandonar la ciudad, cuando toda vuelta atrás era imposible. Apareciste con una ternura y una locura que yo ya habñia olvidado. Te sentí fragil como el cristal y fuerte como el viento. Hermosa como el Caribe y triste como el Mar del Norte.
Soñé, de lejos con tus labios. Ayer los probé sin soñarlo. Y ahora, en esta mañana de diciembre me parecen un sueño. y necesito volver a verte para comprobarlo. Te. JESUS ANGEL REMACHA
No hay comentarios:
Publicar un comentario