Una tarde de otoño,
Plinio llego a aquella frontera.
Por vez primera viajaba solo. Sin sus alumnas, sin sus amores, sin su isla del tesoro...
-¿Dónde crees que vas, hombre de ojos tristes?
-Abre tu mochila, ahora mismo.
Plinio abrió su mochila, mostró su contenido: un libro, tan solo un libro, Moby Dick.
La centinela se llevó la mano a la boca. -Quiero ahuyentar el infierno...
-Ya veo que no me reconoces. Ven.
JESÚS ÁNGEL REMACHA
3 comentarios:
Como te recuerdo, Prado.
Perdóname esta indiscreción pero hay historias que necesito compartir...
Jesús Angel el hombre de las mil increíbles palabras, frases e historias. Gracias por haberme permitido conocerte y conocer el arte de la buena literatura.
Gracias, Alba.
Graciasssssssssss
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