EL VIAJE DE UN ESCRITOR -3- LA MANO DE LA HORMIGA

Muchos escritores españoles han cultivado el cuento corto de manera excepcional. Algunos de ellos, como Augusto Monterroso, Julio Cortázar o Jorge Luis Borges conforman la mejor Literatura escrita en Lengua castellana. Antonio Fernández Ferrer recopiló en una antología titulada "La mano de la hormiga" más de un centenar de estos cuentos. Algunos de ellos, serán el desencadenante de la propuesta de hoy.
Otros comienzos les he tomado prestados de han sido tomados de textos de Lite­ratura Infantil y de los considerados grandes de la Lite­ratura, como García Márquez, Benedetti...
Muchos son el resultado de treinta años de dar clase: es decir son míos o del genio creador de quienes vienen a clase no sólo a aprender. Que cada vez son menos.
Las alumnas y los alumnos (estoy aburrido del masculino genérico) copian el comienzo del cuento. Después tienen entre un minuto, dos minutos o un solo instante… para escribir un texto que de sentido a la propuesta original. Un texto coherente con el comienzo que se les ha dado. Un cuento, una historia, un texto que sea escrito, contado, recreado entre todos. Más tarde, leemos los cuentos en voz alta y les comentamos.

Aquí van unos cuantos ejemplos.

La Bella Durmiente no se des­pertó por el beso de un prínci­pe, sino...
Aquella niña comió tantas gomas de borrar, que al final...
Nicolás sueña que es una ma­riposa, al despertar...
Una mujer que está sola en el mundo. De pronto... Alguien a su espalda le tapó los ojos...
Te esperaré en el infierno....

Un tren corre velozmente por las llanuras de Transilvania...
Eros, dios griego del amor, lograba que cualquier persona que fuese ro­zada por una de sus flechas se enamorara perdida­mente de la primera per­sona que veía. Un día...
Había una vez un espejo de mano q$ue cuando se quedaba solo y nadie se miraba en él...
En un lejano país, vivió hace mucho tiempo una oveja ne­gra que fue fu­silada. Un siglo después...
Me había caído a un pozo y me estaba ahogando. Oí que al­guien se acer­caba por la super­ficie. Grité y grité. El desco­nocido se acercó al brocal del pozo y me dijo que mis sufri­mien­tos habían terminado. Enton­ces...
El emperador soñó que era una mariposa. Al despertar...
Un criado persa aterrado le dice a su príncipe: -Protéjeme esta mañana me he encontrado con la Muerte...
Y el cronopio dibujó sobre la superficie del océano...

La noche en la que Max se dedicó a hacer faenas de una clase y otra. Su madre...

En un valle profundo a orillas de un gran río vivía, tranquilo y feliz, un pueblo de conejos. Había conejos negros y conejos blancos. Un día...

Una noche, cuando vivía en el Polo Norte, tuve una horrible pesadilla...

Había empezado a leer aquella novela de terror, apenas unos días antes...
Una vez conocí a un viejo coleccionista de sueños. Le llegó a obsesionar tanto esta idea que...
El profesor, por fin bajó las persianas, apagó las luces y empezó a contar a sus alumnas y alumnos la más espantosa historia de terror:
Drácula había atravesado océanos de tiempo para venir a buscar a su amada. Pero ella...

El clérigo malvado se sonrió perversamente cuando Lydia tomó, por fin, aquel talismán entre sus manos...

En clase, tenemos un cuaderno de escritor, de bitácora en el que escribimos estas y otras historias. Resulta emocionante comprobar como hemos crecido, aumentado nuestra capacidad de expresión y reflexión. Como, día a día, somos capaces de entender mejor el mundo que nos rodea. El mundo que vivimos, el mundo que nombramos. JESÚS ÁNGEL REMACHA