Un joven jardinero persa dice a su príncipe:-¡Sálvame! Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche, por milagro, quisiera estar en Ispahan.
El bondadoso príncipe le presta sus caballos.
El bondadoso príncipe le presta sus caballos.
Por la tarde, el príncipe encuentra a la Muerte y le pregunta:-Esta mañana ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?
-No fue un gesto de amenaza -le responde- sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispahan esta mañana y debo tomarlo esta noche en Ispahan. JEAN COCTEAU.
Jorge Luis Borges recoge este cuento en una antología fantástica, imprescindible en cualquier casa. Este cuento con sabor a las mil y una noches me ha gustado siempre.
El único destino que existe es el que tú siembras cada día. No soy ni puedo ser determinista. El mañana no está escrito y cada uno podemos modificarlo con nuestra sola voluntad, con nuestra fuerza, con nuestra empeño. Paso a paso.
Es cierto que el jardinero acude a Ispahám donde la muerte quiere tomarlo por sorpresa. Pero hasta que llegue a Ítaca, a Ispahám le sucederán muchas cosas. Incluso cuando llegue allí. ¿No tiene otros heraldos o más caballos rápidos el príncipe? ¿El decidido jardinero se cruzará de brazos?
Hay muchas cosas en el relato que me emocionan, pues son la vida que yo defiendo: la generosidad con el otro, la preocupación por el amigo, el viaje mismo que es la vida. El aire desafiante con el que el príncipe pregunta a la muerte.
Cuando llegue a Ispahám, el jardinero será más fuerte. No cabe, pues, ka derrota. En el camino va a encontrarse con tantas cosas... JESÚS ÁNGEL REMACHA
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