Leo el último libro de José Luis Sampedro.
Me siento en un banco de la Plaza de Antón Martín, cerca de la Puerta del Sol, la de los indignados, la mía.
Una mujer preciosa se sienta a mi lado.
Hablamos de la manifestación de estudiantes que wsuben Atocha arriba, con sus camisetas verdes.
Me escribe Li, mi Lidia y me pregunta.
NOITE
Sigo con ese libro delante de una copa de ron.
Una joven desamasado joven siente curiosidad por el libro.
Hablamos de él y de la vieja sirena.
Pide un café para llevar-
Me llamo...... Y yo Plinio.
--Vaya nombres raros, eh...
Pero se queda.
Me siento en un banco de la Plaza de Antón Martín, cerca de la Puerta del Sol, la de los indignados, la mía.
Una mujer preciosa se sienta a mi lado.
Hablamos de la manifestación de estudiantes que wsuben Atocha arriba, con sus camisetas verdes.
Me escribe Li, mi Lidia y me pregunta.
NOITE
Sigo con ese libro delante de una copa de ron.
Una joven desamasado joven siente curiosidad por el libro.
Hablamos de él y de la vieja sirena.
Pide un café para llevar-
Me llamo...... Y yo Plinio.
--Vaya nombres raros, eh...
Pero se queda.