-Amore, amor: esto es lo que fue el franquismo: una larga noche de piedra. -Y, a mi, ¿ qué? -me miras desafiante a los ojos. -Siempre estás con tus historias.
Sonrío. Te siento rebelde. Sé que me estás provocando. Que quieres que te vuelva a recordar. Que vuelva a decirte que...
Y yo te recuerdo: vuelvo a pasar contigo por el corazón, la miseria y la amnesia de este mísero y amnésico país.
Fíjate -te digo- la fiscalía -un tal Zaragoza- recurre la diligencia del juez Garzón para encausar a un misero genocida, al tiempo que consiente q. se derribe el lugar donde, aquel tirano, mandó asesinar a miles y miles y miles y... cientos de miles de inocentes.
-Seguro que hablas de tu maldito Franco -me replicas. Ya está muerto, ¿no?. ¡Dejalé en paz!.
Me levanto. Delante de ti abro esa caja dónde guardo las cartas de mi amiga Yolanda, aquella a la que asesinó un grupito de fascistas: la foto de José Luis Cancho, unos meses después de que le cayeran desde un tercer piso de la comisaría...de Fachadolid; ... (Te ríes. ..por fin...)
-Venga, papá, aquello fue antes del diluvio. Dejalo ya -me dices.
Te miro a los ojos con esa ternura que sólo tú sabes provocarme. Lo sabes. Vuelves reirte. -Nunca te he hablado de Maite... (Abres los ojos. Sé que he picado tu curiosidad...)
-¿Maite?. ¿Y mamá lo...?
Abro una caja de cartón rota, manoseada... Hay fotos de una pelirroja que llaman tu atención. -...Pero la estás besando
Me miras como si no me conocieras: tengo melena negra y rizada. Abrazada junto a mí, hay una joven con una túnica roja, cinta roja en su pelo rojo... también una guitarra... -¿Eres tú...?
Ves ... cientos de cartas rotas que jamás pudo recibir Maite.
...Y otras tantas más con un trazo rojo, que...
Las pongo en tus manos.
Entiendes todo. Me besas xq ya sabías todo. Agradeces q te haya dejado volar en cualquier carta, en cualquier cama, en tu vida...
Yo te agradezco que no me des las gracias. Que seas mi hija, que te acurruques junto a mí, así, ahora, es más que suficiente.
Voy a hablarte de aquella "Longa noite da pedra".
-Mañana, papá, -me dices. Leeme "Margarita y el maestro".
Tú te acuestas. Y yo me siento a tu lado. Te leo...
"A la hora de más calor de una puesta de sol primaveral...". -
-Duerme. Ya contaré. Guardaré tus sueños..., Amor...mi amor... mi niña..,
Cuando te duermes...
JESÚS ÁNGEL REMACHA