lunes, 11 de julio de 2011

Se cómo te llamas, tu nombre es...

Esta mañana he salido a pasear muy prontito, quería destejer el camino que me ha traído hasta esta casa de Álcala. Los pisos en los que viví, los coles y aquellos bares en los que me besaba.
Quería destejerlos, para tejerlos en mi memoria. Me detuve, sin detenerme en varios rincones, en alguna plaza y en algún balcón furtivo.
Evoqué rostros, nombres, sonrisas como frutas, amores incombustibles que terminaron por terminar.
Al fin.
Al fin me detuve en un rincón. 
Y ahí estaba ella.
Yo tomaba una cerveza y antes de verla il mio cuore se alteró.
La reencontré hace unos meses. Fue alumna mía hace 30 años. Y es tan bonita!!! Y tan tierna...
Y tan, tan... 
Mañana de mañana, vendrá a casa
-No te vayas, no te vayas
Escucho a Chavela Vargas y te escribo.
Su boca es como la lluvia y el fuego.
Su piel como el fuego y el desierto.
Adios Alcalá, hasta luego Lucas.
Y vos me espera en Madrid-
Plinio

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