domingo, 19 de octubre de 2008

LA IMPORTANCIA E LAS PALABRAS -IV- MAS SOBRE LA INSOPORTABLE IMPUNIDAD DEL FRANQUISMO

La palabra es, siempre, la primera en ser perseguida, porque desvela, descubre, advierte... subvierte: es definitiva: transforma. La palabra es siempre subversiva porque cambia la realidad. Ese es su valor.
La palabra fue la que llevó al exilio y la muerte a los mejores escritores y escritoras españoles. A las maestras y los maestros republicanos represaliados, depurados o fusilados por el franquismo.
Contra Franco y su infame dictadura, brillaron con fulgor las palabras de Rafael Alberti, María Teresa León, Max Aub, Luis Cernuda, José Bergamín, Pedro Salinas, León Felipe, María Zambrano, Pedro Salinas, Rosa Chacel, Clara Campoamor y tantos y tantos hombres y mujeres que conformaron la “Edad de Plata” quizás la Edad de Oro de las Letras españolas.
Una época única, de una ilusión indescriptible, la época de nuestra República. Aquella de las Misiones Pedagógicas, de la Institución Libre de Enseñanza; una época preñada de quimeras y esperanzas. La época de la creación del mundo: la Belle epoque. Aquella época que fue bárbaramente masacrada por el fascismo y por el silencio cómplice de las democracias europeas.
La palabra fue la que llevó a la muerte a Francisco Ferrer i Guardia, fusilado por la corrupta y violenta monarquía de Alfonso XIII, hacedor de la Escuela Nueva y partidario de un pensamiento libre, laico y republicano.
Mucho más de lo que la mojigata y católica España de comienzos de siglo podía aceptar. La reaccionaria y rancia derecha en connivencia con una iglesia temerosa de perder sus privilegios y su grey, falseó pruebas, reprimió con su dureza habitual y fusiló inmisericorde y cruel a aquel egregio pedagogo que hablaba de Socialismo y Colectivización.

Franco y el franquismo laminaron la herencia de la Institución Libre de Enseñanza. Fusilaron a miles de maestros. Depuraron a otros miles. Otros miles más tuvieron que exiliarse. Y en su lugar pusieron a sus acólitos, a gente sin estudio alguno, que hizo que este país volviera a la noche de los tiempos.
¡Brillante educación la que recibimos!
JESÚS ÁNGEL REMACHA

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