sábado, 16 de marzo de 2013

PLINIO DETUVO UN DEDO EN EL AIRE.

 

Plinio detuvo un dedo en el aire. Contuvo la respiración. Dejó que su mirada acariciara a aquellos extraños personajes que habían llegado hasta aquella ciudad de resonancias árabes y comenzó a relatar la más hermosa historia de amor.
Era un país pobrte y olvidado. 
rechiquitito. Un país que tenía alma de volcán y ojos de poeta.

Un país del que nadie se acordaba. Un país amenazado por tiburones blancos, selvas abrasadoras y devastadores terremotos que se tragaban día a día, la iluisión, la fantasía y el futuro de los hombres y mujeres de aquella tierra irepetible.
Hubo una vez un país pequeñito,

Un país que tenía la mirada ardiente de un volcán y ojos de poeta. 
Su mirada de poeta fue lo que la salvo del cataclismo al que parecía destinada. Odaer y Doris, Daniuel y Sergio... moldearon con barro y saliva, con fantasía y ternura, con agua y sangre, una mariposa leve, tan leve que nadie la prestó la más mínima atención.
Nadie se imaginaba que aquel ser tan diminuto atesoraba la fuerza de mil volcanes... 
JESUS ANGEL REMACHA



1 comentario:

Orlando dijo...

Masaya, Monimbo...
Jinotega, Momotombo
Ometepe, Ocotal

Estelí...

Los siete nombres de nicaragua