miércoles, 15 de mayo de 2013

CARTAS A PILAR. MEMORIA DEL FUTURO.


... y entonces...

Entonces, como en los cuentos, apareció ella. Hacia muchos años que no la veía. Y el cementerio fue por vez primera un lugar apacible, sin lágrimas, sin melancolía...
Los recuerdos fluyeron sin heridas, sin nostalgia.
Somos las palabras que decimos, las que queremos, con las que nos queremos, y por primera vez allí, precisamente allí, la ausencia de ciertas palabras las hizo más visibles y más nítidas que nunca. 

-Nunca olvidare esta lección que me enseño Julio Cortázar, hace treinta años, aquí en Madrid.-

El cementerio estaba casi vacío, rosas y claveles rojos y muchos nombres nuevos. 
Y, sin recordar, recordé.  Y sin llorar, llore. Y la risa y el sol, fueron con ella, como siempre liberadores. 
Ella fue el ensalmo, el conjuro, la palabra, la sonrisa perfecta, 
Esa goma de borrar que busco desde hace tiempo... Te debía esta historia desde hace casi dos años.  JESÚS ÁNGEL REMACHA.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No te veo por el instituto y te echo de menos.