Madrid, la tumba del fascismo, el corazón de España que latía con pulsos de fiebre, la ciudad del "No pasarán de Pasionaria", la ciudad alegre de Tierno Galván, la ciudad rota por los atentados de Atocha, el Pozo..., la ciudad resistente, luchadora, la ciudad de Las Brigadas Internaciones, la ciudad de Fernando Fernán Gómez, de Juana Doña, la ciudad republicana de Haro Tecglen... La ciudad de Juan Eduardo Zúñiga. Largo noviembre de Madrid, escribió.
La ciudad de María Teresa León, la ciudad que vio salir el sol el 15-M, la que asistió conmocionada a la muerte de Yolanda o de los abogados laboralistas de Atocha. La ciudad de Genovés y Alberti, la ciudad de Lorca y Buñuel, la ciudad de la colina de los chopos, la ciudad de la Residencia de Estudiantes...
La ciudad alebre, abierta, acogedora, la ciudad en la que he vivido y amado...
...
Madrid, hoy, una ciudad triste, lejos de la épica y de la lírica... una ciudad con cientos de miles de parados, con una alcaldesa que no ha sido elegida, una ciudad que alenta tu alienta todo lo privado y desmantela uno a uno los espacios publico.
La ciudad que mantiene en sus calles el nombre de cientos de sus asesinos y olvida a quienes dieron la vida por ella... Que alienta el dopaje y cerca el Congreso.
Privatizadora, olvidadiza, sucia...
Que privatiza la sanidad Pública, que desmantela la educación Pública, que consiente y aplaude corruptelas y corrupciones. Gurteles aparte.
La ciudad, cuyo inclito y muy egregio alcalde, hoy, a la sazón ministrito de Justicia, el mismo que la arruinó, por los siglos de los siglos, el que quiere desde su púlpito, cercenar derechos sociales y civiles, labrados a sangre y fuego...
Madrid.
Ay, Haro Tecglen, mi querido niño republicano. JESÚS ÁNGEL REMACHA
1 comentario:
Pasa el tiempo, la lucha continúa
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