sábado, 23 de agosto de 2008

VISTA DE AMANECER EN EL TRÓPICO. DESDE LAS ANTILLAS, VOLÓ... -VI-

Titén: me escribe una nota: “Plinio, este proyectil perteneció a un barbudo del ejército rebelde que combatió en la Sierra Maestra junto a Fidel”.
Fíjate, yo que soy pacifista hasta la médula, que no comparto ni canciones ni razones de guerra, que desde que era joven me he manifestado contra todas las guerras, ese proyectil, me emociono como un niño.
Ángel González lo dice en aquel poema memorable: Desde las Antillas / voló un día tan alta / que su sombra cubrió pueblos enteros / acarició los montes y los ríos / cruzó sobre las olas / saltó a otros continentes / parecía…
Cuba para quienes vivimos la pesadilla del franquismo era una liberación, la isla mágica. Era un juego de niños, una canción que cantábamos para conjurarnos de aquella España tan gris y tan rancia.
(En el río, a la sombra de los árboles, debajo de aquel cine abandonado, que semeja la quilla de un barco que no puede zarpar, cantábamos (teníamos una guitarra y la suerte de saberla tocar):

Fidel, Fidel ¿Qué tiene Fidel? Que los americanos no pueden con él. Franco pidió a Fidel dinero para el Seminario (bis)Y Fidel mandó a Francocuras revolucionarios (bis). Fidel, Fidel ¿Qué tiene Fidel? Que los americanos no pueden con él.

Este proyectil, esta bala es aquella parte de aquella sombra, una palabra enamorada. Don Antonio Machado le cantaba a Lister. El mítico general del V Regimiento. Si mi pluma / valiera tu pístola.
Yo no digo tanto, pero sé que esta bala que guardo en mi mano, y que, por tanto, no causó muerte alguna es parte de ese sueño. Es la memoria de los barbudos, la vista de un amanecer en el trópico, mi niñez del 68.
No dispararía ni una palabra que causara daño, pero la diría si al no decirla, aún causara más dolor.
Hemos conocido a Titén y a Irene en este viaje. Son una pareja encantadora. Les traemos un regalo de Belén. Su conversación es reposada, pero para mí es vital. Trato de saber cómo está La Habana ahora. Como vive Cuba, sin Fidel al frente. El futuro de la isla. Las normas liberalizadoras de Raúl.
No hablamos de los mitos. Hablamos de personas concretas. De Robertico Robaina, de Pérez Roque, de Carlos Lage. Yo quiero saber cómo es el día a día en la isla. Cómo es la aventura de comer, la aventura de vivir cada día.
No hay asomo de crítica en mis palabras. Respeto demasiado los países a los que viajo y a las personas que viven en él. Quiero decir, que me gusta empaparme del lugar al que voy, al que viajo. No me gusta juzgar un lugar comparándolo con el lugar en el que vengo.
Hablamos de cosas como la libertad. El derecho a la libertad. De la libertad de pensamiento. De la libertad de viajar. (Me comentan su viaje de tres meses por España. Su viaje a Canadá)
Disfruto con la emoción contenida, cuando me cuenta lo que sintió cuando Fidel y los barbudos entraron en La Habana. Titén ya era un joven revolucionario. Habló de la dictadura de Batista. Pone tanta emoción en describirme como era La Habana en enero de 1959, que a mí no me cuesta nada imaginármela. Me doy cuenta de que me está contando imágenes conocidas. Son las mismas que vivió España con la llegada de la República. La ilusión desbordada, las caras alegres, las calles a rebosar.
Son las mismas que viví en Nicaragua. Las mismas que medio mundo sintió cuando el viejo Somoza subió la escalerillas del avión, llevándose consigo las riquezas de todo un país y el cadáver de su padre.
Sigue hablando con emoción. Agradece un escrito mío “Yo me quedo” en el que hablaba de estas cosas.
-Soy comunista –le explico. Y para mí construir una sociedad libre y crítica es lo más importante. Hay muchas cosas que me disgustan profundamente de esta Revolución. Venir aquí me llena de contradicciones. Pero también de ternura.
Miro Cuba desde Cuba, desde España, desde Latinoamérica. Intento ponerme en la piel de los que viven aquí o en Estelí. Intento saber cómo es la vida a diario en esta ciudad o en cualquier otra de Uruguay o Guatemala.
Que suponen para ellos palabras que yo adoro (también te adoro a ti) como Ciudadanía, Fraternidad, Igualdad…
Titén e Irene sacian mi curiosidad. Pero con esto del saber ya se sabe, cuánto más conozco, más ganas tengo de saber.
Anoto en el cuaderno que me regaló Lidia. Cosas que me inquieten, que me preocupan, que no quiero que se me olvide hablar con ellos.
Me gusta su mirada. Es como una ventana abierta. –Tenemos que hablar de la revista Bohemia, de Camilo, de Haydeé Santamaría. Del futuro de Fidel. En eso quedamos. JESÚS ÁNGEL REMACHA -PLINIO-

No hay comentarios: