miércoles, 16 de abril de 2008

POESÍA DE ABRIL. QUERIDO CORTO MALTÉS

Si pudiese al menos entender por qué el amor es tan solitario, por qué nace siempre contra la realidad, entre tantos destrozos. Quererte es como llamar a la puerta de la casa donde nací, como jugar a perderme en el bosque, como contar cuentos en voz baja o disfrazarme de hada. Quererte es ver cómo amanece sobre los tejados de pizarra, es leer a tus poetas preferidos en esta habitación llena de ti, necesitar tus palabras, ponerme un jersey tuyo porque tengo frío, mirar el reloj, prepararme un café. Quererte son todas las cosas que están del otro lado de la costumbre, piedrecitas de mica. Quererte es sólo eso.
Siempre he estado hablándote aunque tú no pudieras oirme. Los últimos días de La Habana te hablaba por las calles en las que habíamos paseado juntos y por el camino del malecón y por todas partes. Me dolías en cada paso que daba, en la punta de los dedos, en el fondo del estómago. Me dueles todavía en los árboles morados de alguna plaza, en las mañanas heladas y hermosas, en la emoción que sentí cuando vi publicado mi relato del muchacho yoruba en el escaparate de una librería, en esos momentos de pura felicidad inútil, de alegría hecha trizas porque no me sirve de nada si no puedo compartiría contigo. En esas cosas me dueles, amor, en vivir, en respirar.
SUSANA FORTES. (Querido Corto Maltés)
El texto que acabas de leer es una carta que escribe Anna a F en un libro que transcurre a caballo entre Lisboa y La Habana. Es una historia hermosa que habla del amor, de la pasión de escribir, de la aventura de vivir...
Sólo que te propongo que te fijes en este texto -el amor es una conquista cotidiana- y escribas una carta parecida. JESÚS ÁNGEL REMACHA

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