martes, 24 de junio de 2008

LOS LIBROS SON PERJUDICIALES PARA LA SALUD

Aquel anochecer de invierno, frío y estremecedor, me hizo meterme más pronto que de costumbre en la cama. Encendí la televisión, me introduje en las sábanas húmedas y me dispuse a leer un libro que me relajara y me ayudara a dormir. Aquel fue el primer error de la noche y el último de mi vida.
Nunca debí haber abierto aquel libro, ni comenzado a leer aquella historia. Se titulaba “EL CLÉRIGO MALVADO” y trataba de un alquimista poseedor de un amuleto mágico con el que conseguía cuanto deseaba. ¡Qué tontería, pensé!Aún no había terminado de pensar esto, cuando la ventana de mi cuarto se abrió violentamente.
Fuera llovía intensamente. Cerré la ventana. Me acosté y proseguí con la lectura. Pero no pude continuar leyendo: mi corazón galopaba violentamente. ERA INCAPAZ DE ENCONTRAR AQUELLA SINIESTRA LECTURA: EL CUENTO HABÍA DESAPARECIDO DEL LIBRO.
¡Imposible, razoné, intentando calmarme! Lo volví a abrir varias veces más, pero todo fue en vano, no logré encontrar el cuento, ni la primera página del libro, ni la última…Cansado y nervioso, cerré el libro. Apagué la luz e intenté dormirme.Lo conseguí a duras penas y a las tres en punto, me desperté sobresaltado. Todo estaba a oscuras. La tormenta había cesado y no se oía ningún ruido.Temblando, me acurruqué entre las sábanas, sentí un espantoso escalofríó y ya no pude dormirme hasta el amanecer.Cuando desperté, ya entrado el día, me incorporé en la cama, cogí el libro que había dejado debajo de la almohada y lo abrí.Allí estaba el cuento de “EL CLÉRIGO MALVADO”. Entonces me reí de mis miedos de la noche anterior y me levanté dispuesto a ducharme y a tomarme un espléndido desayuno.Ya en el cuarto de baño lancé un pavoroso grito de terror cuando me miré en el espejo. Me había transformado en un ser maléfico, de siniestra mirada: -llevaba un capuchón y un hábito marrones, como los que se describían en el libro-.
Chillé enloquecido.
Fuera golpeaban a la puerta.
-Vamos, hermano Anselmo, es la hora tercia. Ya está preparada la hoguera. El fuego en el que arderás purificará todos tus pecados y liberará tu alma. JESÚS ÁNGEL REMACHA
¿QUIÉN CONTINÚA ESTE CUENTO?

No hay comentarios: