Los guerrilleros viven en la montaña. Comen y duermen en la montaña y en la montaña resisten.
Lucía Jiménez, madre, esposa y hermana, aguanta la emoción, lleva una escudilla de barro con comida caliente y sirve de enlace.
La guardia civil, tricornio y zapatos de charol, sin preguntar dispara. Hasta las sombras son sospechosas.
Franco sigue matando. Pero sin el valor de los maquis y las mujeres -NADIE HABLARÁ DE NOSOTRAS CUANDO HAYAMOS MUERTO- sería más alargada la sombra del tirano.
Emociónate y deja que se te congele el alma. JESÚS ÁNGEL REMACHA
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